miércoles, 15 de julio de 2009

El poder de la unión

Tiempo después de mi último post regreso para comentar sobre un evento realizado el Sábado pasado en Bizarro. Un éxito desde todo punto de vista: organización, voluntarios, donaciones, asistencia y recaudación.

La idea partió totalmente de una amiga, Jimena, que se encargó de los contactos con la discoteca/bar y junto con Gianni coordinaron las donaciones de lo que se vendería. Johnnie Walker, Smirnoff y Brahma dijeron sí y ahí estuvieron ese día.

El evento consistía en convocar a todos los que quisieran apoyar a ir a Bizarro el Sábado 11 de Julio a que consumieran, desde las 9:00pm hasta las 11:30pm todo el Whisky, Vodka y cerveza que quisieran/pudieran (todo costaba S/. 10) y todo lo recaudado, durante esas horas, iría a continuar las donaciones para la Sagrada Familia. Simple, divertido, fácil en teoría pero requería de mucha organización y ganas para conseguir voluntarios y convencer a todos de ir, sobre todo considerando que el tiempo era limitado y comenzaba bastante temprano.

Los voluntarios

Lo primero era buscar voluntarios para atender las barras. 16 en total me comentó Jimena. Unas cuantas llamadas y rápidamente tenía 7 nombres en lista: Ale, Mari, Julio, Mathías, Miguel Angel y Rafo, además de mí por supuesto, ya estábamos apuntados. Todos dijeron que sí sin pensarlo.

Jimena se encargó de los demás y llegamos a 16 en un día. Entre ese día y el día que lanzamos oficialmente el evento nos llegaron muchos correos de personas que querían apoyar en las barras. Al final 24 nombres quedaron en la tarjeta pero estoy seguro habían muchísimos más interesados así que ¡gracias a todos ellos! No pongo los nombres pero les dejo la tarjeta para que los lean:


La difusión

El segundo punto importante para asegurar el éxito del evento era la difusión. Aquí es donde los voluntarios, junto con varios más, comenzaron a apoyar directamente. Los correos y eventos de facebook sirvieron tremendamente y se hicieron listas con cientos de nombres de diferentes lugares.

Más de 600 personas confirmadas via facebook y otras tantas en listas aparte pero todos con el mismo objetivo: ayudar a una comunidad de niños abandonados de Ventanilla mientras se divierten tomándose unos tragos. Al fin y al cabo ¿por qué no?


El evento

El Sábado empezó temprano para los voluntarios. 8 de la noche en Bizarro para recibir los tips sobre cómo servir y cómo no servir de Gianni además de la explicación de cómo se desarrollaría el evento y las expectativas de recaudación en base a experiencias anteriores.

Aquí nos dimos cuenta que éramos un montón de bartenders así que al final unos cuantos se quedaron en la banca como suplentes, algunos llegaron a entrar a las barras y, aunque otros se quedaron sin atender, espero que igual la hayan pasado bien pues son tan parte de este evento como los que sí tuvimos la suerte de atender. Y digo suerte porque al final resultó ser una experiencia súper divertida y entretenida, y si además a eso le sumamos el trasfondo social queda mucho mejor. Nada parecido a lo que uno podría pensar de trabajo de voluntario ¡pero ya ven que hay formas divertidas de ayudar!

Las primeras apuestas apuntaban a llegar a nueve mil, yo me contentaba con llegar a seis mil y los más optimistas pensaron en batir récord de recaudación en este tipo de eventos y alcanzar los diez mil. Cualquier número era bastante y es un monto con el que la Comunidad no cuenta el día de hoy así que ya sólo estar ahí a punto de comenzar era más que bueno para todos esos niños. Lo demás tendría que venir después.

Después de repartirnos las barras quedé en la de la entrada junto con Marquito, Karim, Oscar, Julio y Carla. Nos acompañaba gentilmente Yamil, bartender oficial de Bizarro, y con eso completábamos el equipo. Alcancías y cajas para que las personas pongan su donación directamente ahí adornaban cada lado de las barras. Nos repartimos los extremos de las barras y esperamos que abran las puertas.

Nueve en punto comenzaron a entrar los más puntuales. Eran pocos pero nueve de la noche no llega casi nadie a una discoteca, por lo menos en condiciones normales. 9:30pm ya había un mayor número de personas, el consumo se estaba incrementando y con Marco ya tirábamos números de lo que íbamos recolectando para re-definir la proyección final.

Avanzaba la noche y veíamos, entre trago y trago que servíamos (y para algunos entre trago y trago que tomaban), como se llenaba el lugar. A las 10 ya estaba lleno y empezaba a vibrar el teléfono con personas que no podían entrar. Los tragos seguían saliendo, los stocks en las barras bajando y las donaciones aumentaban. Ya no había tiempo de hacer números y la concentración estaba en atender a la gente, entregar lo que pedían y no equivocarte con los vueltos. El aprendizaje, para la próxima, y espero que haya próxima algún día, es avisar a la gente que lleve efectivo y mejor si es sencillo para evitar correrías con los vueltos.

Era muy bonito estar en la barra de la entrada y ver a todos los que iban entrando, muchos de ellos conocidos, algunos que no veía hace, literalmente, años, otros nos tan conocidos pero igual saludando porque la mayoría ahí, y sobre todo si llegaban tan temprano, estaba para ayudar.

La verdad que cada uno en la barra hacía su parte, hubo siempre buena onda y la pasamos muy bien. Afuera de la barra, los asistentes también hacían su parte y más de una barra se quedó sin stock. Bajamos más chelas y redistribuimos las botellas que quedaban para que siga habiendo atención en todas las barras. Lo mejor era cuando alguien te hacía un pedido y depositaba más de lo que le correspondía en la caja, desprendimiento total y puras ganas de ayudar. ¡Espectacular!

11:30 en punto nos avisan del corte y, bien respetuosos nosotros los invitados, paramos la venta. Era hora que Bizarro se convirtiera en discoteca “regular” con la ventaja de estar absolutamente lleno.

El punto de encuentro, con las cajas de donación, era arriba, en la oficina de Gianni. Ahí llegamos uno a uno los bartenders y luego de la felicitación y comprobación del estado etílico de algunos, bien merecido por cierto, nos quedamos contando lo recaudado con Jime, Karim, Marco y el mismo Gianni.

Entre billetes de soles, de dólares y monedas batimos el récord y hasta las más optimistas proyecciones que sólo dos horas y media antes habíamos lanzado. ¡Diez mil novecientos quince soles! (S/. 10,915 si lo quieren ver en números). No sólo eso. Ya lo habíamos escuchado mientras atendíamos pero nadie se dio cuenta de la magnitud de la convocatoria (¡nuevamente, felicitaciones y gracias a todos los que apoyaron!) hasta ver las cámaras de la calle, mientras contábamos el dinero, y observar las enormes colas que se habían formado para entrar.

En verdad increíble saber que podemos contar con tanta gente cuando se trata de ayudar y gratificante saber que uno ha formado parte de eso. Después de ver eso y guardar lo recaudado, que sería depositado en el banco el mismo lunes, a disfrutar de la discoteca y saludar y agradecer a las personas que estaban ahí.


Comentarios finales

Después de ver la acogida del evento me queda más claro que nunca que somos una generación solidaria con los demás. Si no hemos hecho algo antes es porque quizás no nos hemos dado el tiempo de analizar que hay formas fáciles, como está, de apoyar.

Creo que al final es cuestión de ser creativos para acercar las obras a la gente y no esperar lo contrario pues, lamentablemente, el día a día a veces no nos permite hacerlo. Esa noche fue un lindo ejemplo de que cuando se quiere, se puede y se que la experiencia fue gratificante para todos pues he visto correos y hasta ideas para organizar el siguiente evento madurando entre algunos.

Más allá de los montos, que como ya dije fueron espectaculares y hasta impensados, por lo menos para mí antes de comenzar la noche, me quedo más contento pensando otra vez que las pequeñas ideas puestas en acción a favor de los más necesitados mueven masas enormes de personas dispuestas a ayudar sin esperar nada a cambio.

Me da gusto saber que una causa como La Sagrada Familia genera, sin conocerla para muchos, la misma sensación de responsabilidad y ganas de ayudar que me motivó a mí a comenzar esta campaña que de a pocos me desbordó y sobrepasó para ser una campaña de muchos más que yo, de varios, ojalá de todos.

Sería inútil tratar de agradecer uno a uno a los participes de la campaña otra vez y de este evento en especial pero quiero aprovechar para mencionar a Rebe, mi esposa, que sin su apoyo no hubiera tenido el tiempo ni las ganas probablemente para dedicarme a esto, a Jimena que sin su empuje no hubiera sido posible el evento que hoy les cuento, a Gianni por el apoyo, a los voluntarios que ayudaron doblemente, con la atención y la convocatoria, y a todos los que asistieron, se interesaron y apoyaron el evento.

A los que apoyaron antes y a los que leen estas líneas, también les agradezco porque son parte de lo que me motiva a seguir escribiendo y haciendo lo que hago.

¿Quién se anima a hacer el siguiente evento?

Nuestra meta: su futuro